¿POR QUÉ…?

¿Por qué arrancarme de mis horas

pálidas y azules?

¿Por qué arrojarme en el torbellino

y la confusión centelleante?

No quiero ver vuestra locura.

Quiero, como un niño enfermo en su alcoba,

solitario, con secreta sonrisa,

construir dulcemente días y dulcemente sueños.

 

RILKE